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Querida, aunque estés o hayas estado enfadada con tu cuerpo, que te castigues o te hayas castigado, te quiero decir una cosa: tienes un cuerpo 10.

Tienes un cuerpo fantástico que ha gestado a tus hijos hasta las semanas que hayas gestado. Sé que a lo mejor ahora no te sirve de consuelo, pero es bueno perdonarnos, dejar las culpabilidades y dar las gracias a este nuestro cuerpo físico que nos permite seguir.

Es posible que todavía no hayas gestado ningún hijo, o que el que estuvo unas semanas contigo se fue. Se que hay amigas mías que están pasando por procesos de fertilidad y son duros muy duros. Así que date un respiro y piensa que tu cuerpo SI es válido, que tu cuerpo es un cuerpo 10

Sé que hay momentos que lo hemos odiado, que lo hemos culpabilizado, pero es hora de quererlo, de mimarlo y de prestarle atención.

Tu tienes un cuerpo 10 y yo también. He tardado mucho, casi 4 años, en hacer esta afirmación, y ya va siendo hora de darle un poco de mimo a este cuerpo , de prestarle un poquito de tiempo, un cuerpo que ha gestado 4 veces, que ha pasado por un microparto vaginal, una laparoscopia y dos cesáreas. Benditas cesáreas que han permitido que mis dos Arcoíris estén conmigo, cicatrices que tiene el cuerpo y que me siento afortunada de tenerlas (se que hay muchas mamás que pasan por una cesárea y que no vuelven a casa con sus pequeños).

A todas vosotras os quiero decir que tenéis un cuerpo precioso, sea con cicatrices, sea con más quilos, sea como sea, es bueno que alguien os lo recuerde y hoy he querido hacer este escrito para ti, puesto que tienes un cuerpo fantástico, confía en él y cuídalo, puesto que tú tienes un cuerpo 10

 

No hace falta ser catedrático de matemáticas, ni trabajar en la NASA, ni realizar una ingeniería industrial para hacer la suma de 3+2, no vamos a entrar en el mundo de la física cuántica, pero creo que en tu casa, en mi pueblo y en Japón 3+2 son 5.

Esta sencilla operación a muchos no les acaba de cuadrar, o más bien no quieren oír o intentar entender.

 

3 preciosos pequeños estrella, 3 gestaciones, Maya, Aren y Abril, mis bebés estrellas, de poquitas semanas de gestación, si, las suficientes para venir con su alma a enseñarme mucho más que los libros, universidades y mil formaciones.

una primera hija en camino, Maya, que en sánscrito significa Ilusión, hija de las Pléyades, fue la que me hizo empezar mi primera maternidad y también con su partida saber lo que significaba ser un desalmado. Con ella se fue parte de mi alma y me quedé vacía, muy vacía . Empezando un camino triste, oscuro y profundo

mi segundo hijo, Aren, iba a ser mi Arcoíris, pero también partió. Le decía siempre «hijo agárrate fuerte», y tan fuerte se agarró que se quedo en la trompa. Vi su bum bum bum bum, su corazón latir para poco después tener la noticia que, en el siglo en el que estamos, no era viable ni para él ni para mi continuar la gestación. A los pocos días, operación de urgencia con extirpación de trompa, una simple laparoscopia para muchos, que mi cuerpo no quiso cicatrizar bien y lloro, lloro mucha sangre, los puntos no se querían cerrar.

Mi tercero hijo, Abril, el gemelo de mi Arcoíris mayor. Saber de su existencia confirmada por los médicos fue una de las alegrías más grandes. Al finalizar el trimestre me confirmaron que él no seguía. Aún sueño que le dijo a su hermano gemelo, «eiii yo me voy que he venido para asegurarme que tu te quedas y no dejas a mami está vez sin bebé en brazos».

 

2 preciosos pequeños Arcoíris, Nahual y Eluney, mis hijos aquí en la tierra, que me hacen dar gracias cada día a la vida por poder experimentar una maternidad que hasta su llegada no había conocido.

Mi cuarto hijo, Nahual, un gran guerrero que se adelantó unas semanas, un prematurito fuerte, que, pese a los varios especialistas visitados, me ha confirmado que la alegría, la bondad, la perseverancia tienen su nombre.

Mi quinta hija, Eluney, regalo del cielo, tan sencilla, tan de cara, tan presente quisiste hacerme el regalo de mantenerte en mi barriga 41 semanas, para confirmarme que podía confiar en mi cuerpo, que podía gestarte hasta que tú y sólo tú decidieras venir.

Así que si sumamos bien pues son 5, ni más ni menos

 

Es importante que cada uno decida como vive su maternidad, en mi caso opto por dar sitio y lugar a todos mis hijos, gestados desde el amor y la consciencia.

Sé que no es un camino fácil el de la Maternidad Arcoíris, pero te aseguro que vale la pena, te tiendo mi mano si sientes que para ti sería bueno que te acompañe. Más info aquí

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Los tiempos en el duelo y las decisiones

La semana pasada recibía un mensaje de una persona querida que, aunque no hemos coincidido mucho, se que es una persona buena, y de esas personas que quieres tener cerca porque desprenden mucha luz y amor.

En su mensaje me comentó que alguno de sus hijos era un bebé Arcoíris. Yo no tenía ni idea y esa noticia me hizo reflexionar sobre la cantidad de mujeres que pasamos por una pérdida gestacional.

Cada uno gestionamos las emociones y el camino del duelo como podemos, a veces bloqueamos, a veces transitamos más lentamente y otras más rápido, a veces damos marcha atrás y retrocedemos veinte pasos. Sea como sea es bueno respetar el tiempo de todos y cada uno de nosotros.

Algunas mamás no ponen nombres a sus bebés que marcharon si eran gestaciones de pocas semanas, otras si, algunas sólo nombran palabras de recuerdo, para otras son pequeñas estrellas, para otros son pérdidas, para otros tienen nombre y apellidos.

Cuando son gestaciones de más semanas o aún siendo de pocas semanas si hay nombres es muy sano recordarlos con los nombres elegidos para ellos. Es necesario que nunca nadie os calle los nombres de vuestros hijos.

Sea como sea, es preciso respetar las decisiones de cada uno y saber en que momento de nuestro duelo estamos.

En mi caso me sirvió muy mucho el hacer público el nombre de mis tres peques que se fueron durante el primer trimestre de gestación, ¿porque? Porque desde incluso antes de ser concebidos ya tenían nombres o al poco de saber la noticia.     MAYA; AREN Y ABRIL; Al principio me daba miedo decirlo en voz alta y hablaba de mis estrellitas, poco a poco y con la ayuda de varios profesionales, fui paso a paso haciendo mi camino y primero pude escribir, luego decir un poquito sus nombres, luego decirlo más alto, más alto y claro.

Sea cómo sea, toda mujer que haya pasado por una pérdida no vuelve a ser la misma. Tanto si lo vives desde el silencio,  en la intimidad, si lo compartes, si lo expresas, …. te mando un abrazo, mamá valiente.

«Contenta si, mucho, mucho muchísimo, pero no por tener la parejita». Esto es lo que venía a mi mente cada vez que me decían la frase: «estarás contenta que ahora tendrás la parejita». Y a veces lo decía en voz alta, a veces callaba , a veces medio decía lo que realmente sentía.

En mi cuarto embarazo tuve que escuchar, en más de una ocasión, lo feliz que debía ser porque mi segundo embarazo era de una niña. Mi otro hijo Arcoíris es un niño.

La verdad es que sí estaba muy contenta porque mi Arcoíris pequeña estaba en camino, pero rectificaba a todos y cada uno de los que me hablaban de mi segundo embarazo. No era el segundo, era mi cuarta gestación.

Y estaba contenta, si, y mucho porque:

  • había decidido venir y escogerme como su madre
  • estaban pasando las semanas de gestación y seguía a mi lado creciendo y creciendo
  • venía sana sin ninguna complicación ni enfermedad
  • nacía viva

Así que a muchos les fui diciendo que «si contenta si, pero no por tener la parejita, si no porque mi hija decidía nacer viva y sana».

Son palabras muy necesarias para dar visibilidad a todos los Bebés Estrellas que marcharon, para dar el lugar a cada uno de nuestros pequeños, para informar y expresar lo que las Mamás Mariposas y de Bebé Arcoíris sentimos.

Es normal que las mamás y papás inocentes no puedan entenderlo, pero si respetarlo, es tarea nuestra alzar sus nombres, recordarlos a todos y seguir caminando.

El nombre es aquel con el que un día me desperté y tenia en la cabeza, no había duda, algo que venía del inconsciente y no de dar vueltas y más vueltas a la cabeza, así que me dije será Maternidad Arcoíris.

Un día con Rosa Mari, una de mis maestras, amigas y consejeras haciendo una ejercicio salió claramente donde tenía que poner la energía de mi proyecto , y era en los Arcoíris, seres tan especiales que viene a pintar las vidas de muchos padres que están pasando por una tormenta, la peor de todas, la pérdida de su bebé.

Son unos valientes papás que abren puertas, que aunque hay miedos, inseguridades y recuerdos dolorosos son VALIENTES que apuestan por el amor. Y es que un hijo arcoíris no es un hijo de substitución, es otro hijo que recibirá mucho amor, muchos besos, abrazos y tocaremos hasta que digamos que bien que hayas decidido quedarte, pero en ningún caso substituyen a ningún otro hijo. Pese a quién le pese, comenten lo que comenten no son un quita y pon, no son un parche, son simplemente otros seres que vienen a darnos la oportunidad de ejercer la Maternidad / Paternidad desde la tierra

Admiro a todas las personas que me voy encontrando por el camino, que pese a danzar por la oscuridad, el camino del duelo tiene sus fases y hay que vivir las, optan por integrar desde el amor a todos sus hijos.